Fabio falleció. Pero no lo hizo como paciente, sino como esposo. Su historia ha conmovido profundamente a Cúcuta y a miles de personas más allá de la ciudad. Lo que se volvió viral no fue lo trágico de su partida, sino lo luminoso de su vida: un amor sincero y entregado que se convirtió en ejemplo de fidelidad y fortaleza.
En redes sociales, familiares, amigos y desconocidos compartieron su historia, resaltando cómo Fabio decidió enfrentar sus últimos días con una mirada distinta, no desde el dolor de la enfermedad, sino desde el amor incondicional hacia su pareja.
Hoy, la memoria de Fabio trasciende como un mensaje esperanzador: que la vida, incluso en la despedida, puede estar marcada por la gratitud, la unión y el amor verdadero.