El juez Frank Caprio , célebre en todo el mundo por sus decisiones cargadas de humanidad en la Corte Municipal de Providence, ha fallecido a los 88 años como consecuencia de un cáncer de páncreas contra el que luchaba desde hacía más de un año. La noticia fue confirmada este miércoles por su familia a través de las redes sociales , donde difundieron un mensaje en el que lo describen como un hombre “amado por su compasión, humildad y fe inquebrantable en la bondad de las personas”. Caprio, retirado en 2023, se había convertido en un fenómeno viral gracias al programa Caught in Providence , en el que sus sentencias, siempre mediadas por la empatía, traspasaron fronteras.

El mensaje de la familia

Su despedida ha estado marcada por un tono de gratitud y reconocimiento popular . En un emotivo comunicado en Instagram, su hijo David Caprio explicó que su padre murió “pacíficamente, rodeado de sus seres queridos”. “Querido en todo el mundo por su profunda compasión, humildad y fe inquebrantable en la bondad de las personas, el juez Caprio conmovió a millones de personas a través de su trabajo en los tribunales, y aún más a través de su ejemplo de humanidad”, rezaba la publicación.

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“Su calidez, humor y amabilidad dejaron una huella imborrable en todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo o escuchar sus palabras. Será recordado no solo como un juez respetado, sino también como un amado esposo, padre, abuelo, bisabuelo y amigo. Su legado perdura en las innumerables vidas que ayudó y en la bondad que inspiró. En su memoria, que todos nos esforcemos por liderar con más empatía, más comprensión y más corazón, como él lo hizo cada día ”, culminaba el mensaje.

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En su último vídeo, publicado días antes de su fallecimiento, el juez se mostraba desde el hospital y pedía a sus 3,4 millones de seguidores que lo incluyeran en sus oraciones , confesando que había sufrido un retroceso en su salud.

Nacido en Providence y de familia humilde

La trayectoria vital de Caprio estuvo marcada por la superación . Nacido en Providence, Rhode Island ( Estados Unidos ), en el seno de una familia humilde, trabajó de limpiabotas y repartidor antes de graduarse en Providence College y cursar Derecho en la Universidad de Suffolk. Durante años compaginó la enseñanza en un instituto local con sus estudios, hasta que ingresó en el sistema judicial. Fue concejal en Providence , delegado en convenciones del Partido Demócrata y presidió la Junta de Gobernadores de Educación Superior de Rhode Island, supervisando instituciones como la Universidad de Rhode Island o el Rhode Island College. En 1985 fue nombrado juez principal del Tribunal Municipal de Providence, cargo que desempeñó durante casi cuatro décadas.

Su estilo en la sala se convirtió en un fenómeno mediático global a partir de 2018, cuando Caught in Providence ( Atrapados en Providence, nombre con el que se conoció en español) comenzó a emitirse a nivel nacional en Estados Unidos. Las decisiones de Caprio, impregnadas de humor y sensibilidad, alcanzaron millones de visualizaciones en YouTube, Instagram y Facebook, donde acumuló una legión de seguidores. Fue nominado a los Daytime Emmy Awards y se convirtió en referente de una justicia cercana y accesible, capaz de educar y rehabilitar sin recurrir a la dureza. Entre sus casos más recordados figura el de un hombre de 96 años al que absolvió por conducir a velocidad reducida para llevar a su hijo enfermo al médico.

El reconocimiento internacional se acompañó de gestos de cariño locales. En Providence, su figura trascendió el estrado: fue maestro, mentor y figura pública respetada. La noticia de su muerte provocó un aluvión de homenajes, tanto en Estados Unidos como en otros países, donde sus vídeos circulaban con subtítulos en múltiples idiomas. Sus seguidores destacan no solo su capacidad de impartir justicia, sino su habilidad para escuchar, mostrar empatía y recordar a cada persona que el tribunal era un espacio de humanidad y no solo de sanción.

Investigación contra el cáncer

En memoria del juez Caprio, se han puesto a la venta ediciones limitadas de un peluche con su rostro, vestido con toga, cuyos beneficios se destinarán a la investigación contra el cáncer. El gesto simboliza la mezcla de cercanía y calidez que definió su carrera, acercando la figura del juez a la ciudadanía común. Como recoge el comunicado familiar, su legado perdurará “en los incontables actos de bondad que inspiró”, un recordatorio de que incluso en el ámbito judicial hay espacio para la compasión.