La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, presentada recientemente por el INEGI, ofrece una radiografía que debería estremecer a la sociedad mexicana en su conjunto. Entre los muchos datos que revela, dos resultan particularmente abrumadores porque ponen en evidencia la crudeza de la vida cotidiana de millones de niñas y niños en el país, y la falta de una perspectiva integral de derechos de las infancias en la medición oficial de la pobreza.

El primer dato es de una gravedad insoslayable: casi 800 mil hogares reportaron que, en ellos, al menos una niña o un niño no comió en todo el día o sólo pudo comer una vez. Este hecho representa un fracaso mayúsculo de las políticas de desarrollo y de protección social. Que las infancias experimenten hambre absoluta o re

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