En la actualidad, hablar de juventudes es hablar también de redes sociales. Estas plataformas digitales forman parte inseparable de la vida cotidiana de millones de adolescentes en México y en el mundo. Han transformado la manera en que se comunican, se relacionan y construyen su identidad. Sin embargo, junto con los beneficios que ofrecen, también se convirtieron en un factor de riesgo para la salud mental de quienes aún están en una etapa de formación emocional y psicológica.

No podemos ignorar que el uso excesivo de las redes sociales está vinculado con síntomas de ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultades para conciliar el sueño. Estudios recientes muestran que la constante exposición a imágenes “perfectas” de vidas aparentemente inalcanzables genera en las y los adolescente

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