A la hora de decorar un ambiente, pocas piezas resultan tan versátiles y transformadoras como los espejos. No solo cumplen una función práctica, sino que también se convierten en recursos clave para aportar amplitud, luminosidad y personalidad a cada rincón de la casa.
Lejos de ser simples accesorios, los espejos pueden hacer que un espacio pequeño parezca mucho más grande, que una habitación oscura gane luz natural y que un pasillo angosto se sienta más agradable. La clave está en saber cómo y dónde colocarlos .
1. Frente a una fuente de luz
Uno de los trucos más efectivos consiste en ubicar el espejo frente a una ventana o puerta vidriada . De este modo, reflejará la luz natural y la repartirá por todo el ambiente, logrando un efecto inmediato de luminosidad. En espacios oscuros