
Rosa González, residente en Nueva York, ha viajado este jueves hasta Berriozar (Navarra) para recuperar los restos de su tío abuelo Francisco Caneda, estadounidese, pero de familia gallega que en 1936 fue fusilado cuando tenía 18 años tras intentar fugarse del Fuerte de San Cristóbal, donde había sido encarcelado por ser anarquista. Sus restos fueron exhumados en 2022 y gracias a una noticia en la prensa su familia pudo dar con su antepasado, del que sabían que había sido fusilado, pero del que desconocían su paradero. Ahora trasladarán sus restos al cementerio de O Grove (Pontevedra), donde están enterrados sus hermanos y su padre, que murió sin saber dónde estaba su hijo.
Ha sido la consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, la que ha entregado este jueves los restos exhumados del cementerio de Berriozar en 2022 a sus familaires. El cuerpo de Francisco Caneda fue encontrado junto con el de una veintena de compañeros que fueron fusilados el 1 de noviembre de 1936 tras un intento fallido de fuga del penal.
Ignacio Francisco Caneda Deza era vecino de O Grove (Pontevedra), de donde procedía su familia. Sin embargo, contrariamente a lo que se creía, él no nació allí. Su madre, Rosa Deza, emigró a Estados Unidos en 1917, y él nació al año siguiente en Bridgeport, Connecticut. Todavía era un adolescente cuando regresó a Galicia junto con su padre y sus hermanos tras la muerte de su madre. Ya en Galicia trabajó como marinero, iniciando así sus vínculos con las ideas anarquistas. Fue condenado el 11 de julio de 1934 en la audiencia de Pontevedra a 4 años, 7 meses y un día de prisión menor. Ingresó en el Fuerte de San Cristóbal el 28 de junio de 1936, con 18 años, donde permaneció preso hasta su muerte en noviembre de ese año. Su familia no conoció su paradero hasta que, el año pasado, se publicó en la prensa gallega la noticia de la identificación de otro compañero preso exhumado en Berriozar, Tomás Mardones, y el listado del resto de presos de esa fosa de los que no había contacto con sus familias.
“Seguimos y seguiremos buscando”, ha declarado Ollo
En el acto, tras el saludo inicial del alcalde de Berriozar, Iker Mariezkurrena, han intervenido una sobrina nieta de Ignacio Francisco, Rosa González, que ha agradecido a todas las personas e instituciones que han hecho posible la identificación de los restos de su tío. “Fueron nuestros familiares y amigos de O Grove quienes compartieron con nosotros los enlaces de la prensa gallega solicitando que los familiares de Ignacio Francisco Caneda Deza se pusieran en contacto con el Instituto Navarro de la Memoria”.
En su intervención, también ha querido destacar el hecho de que, dada la nacionalidad de Ignacio Francisco, la embajada americana intervino aunque sin éxito para lograr su liberación. Asimismo, ha querido explicar cómo su bisabuelo murió “llevando consigo el dolor más profundo que puede experimentar un padre: la certeza de que su hijo había fallecido, pero sin conocer jamás el lugar donde reposaban sus restos”. “Ahora” ha finalizado González, “Ignacio Francisco será inhumado en la misma tumba que su padre y dos de sus hermanos en O Grove, donde por fin podrá descansar en la paz que tanto mereció y que durante décadas le fue negada”.
A continuación, la vicepresidenta Ana Ollo, que ha hecho entrega a la familia de los restos y de los informes de exhumación e identificación, ha destacado el compromiso firme del Gobierno de Navarra con el Plan de Exhumaciones, por encima de las dificultades para localizar nuevas fosas, y la necesidad de cimentar la convivencia democrática sin olvidar la memoria de la brutal violencia sufrida a partir del golpe de estado de 1936.
“En estos tiempos de retroceso de las políticas de la memoria en muchos lugares quiero reiterar el compromiso del Gobierno de Navarra con las víctimas de la violencia que sacudió nuestra tierra tras el golpe militar de 1936”, ha destacado. “Un compromiso que sigue intacto después de diez años de políticas públicas de memoria. Seguimos y seguiremos buscando, investigando, prospectando, identificando mientras queden posibilidades, por remotas que sean. Podéis estar seguros y seguras. Y lo hacemos con convencimiento y con orgullo, por más que suenen cada día más cercanos los tambores de guerra del negacionismo, e incluso de la reivindicación de la barbarie; una barbarie que sigue sacudiendo nuestro mundo hoy mismo, demostrándonos que necesitamos memoria crítica para el pasado, pero también para el presente y el futuro”.
161 restos mortales recuperados en 36 exhumaciones
Desde 2015, año en que entró en vigor el Plan de Exhumaciones del Gobierno de Navarra, han sido recuperados ya 161 restos mortales en 36 exhumaciones, además de otras 123 prospecciones que no terminaron en exhumación. Los trabajos continúan, y de hecho en los últimos meses se han dado localizado y exhumado restos en Salinas de Oro, en Genevilla y en Munian de Guesalaz.
Para la identificación de los restos ha sido fundamental el trabajo de Nasertic con el Banco público de ADN y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, además de entidades locales, memorialistas y las propias familias. El banco, que cuenta con 402 expedientes abiertos, ha obtenido hasta ahora 44 identificaciones. De hecho, Navarra ha ofrecido su colaboración a través del Estado y con acuerdos bilaterales de este banco y otros instrumentos de Memoria para favorecer las identificaciones.
En el caso de Berriozar, pero también en otros, las identificaciones avanzan “poco a poco”, apuntan desde el Gobierno foral, ya que apenas se cuenta con muestras genéticas de familiares de estas víctimas, habida cuenta de su dispersión geográfica. Es por ello que el Instituto Navarro de la Memoria hace un nuevo llamamiento a la colaboración, tanto para la localización de posibles fosas, como para encontrar familiares de fugados y represaliados cuyas muestras genéticas puedan permitir nuevas identificaciones.
En concreto, no se ha logrado contactar con familiares de los siguientes presos exhumados en Berriozar: Joaquín Abellán Cerezo, de Jumilla (Murcia), 22 años; José Pedro Cantero Tejada, de Badolatosa (Sevilla), 29 años; Juan Cruz Villar, de Santander (Cantabria), 19 años; Jacinto Curto Pérez, de San Juan de Torres (León), de 27 años; Manuel Hidalgo González, de Córdoba, de 20 años; Manuel González Amorós, de Torrevieja (Alicante), 28 años; Félix Manzanares Ortiz, de Horcajo de Santiago (Cuenca), 27 años; Antonio Marmaneu Estupiña, de Castelló de la Plana, 43 años; Hermenegildo Marquina García, de Barakaldo (Bizkaia), 25 años; Inocencio Martín Arranz, de Santa Cruz de la Salceda (Burgos), de 44 años; Juan Dionisio Ortiz Sanz, de Monehuela (Jaén), de 27 años; Epifanio Osoro Icobalceta, de Durango (Bizkaia), de 22 años; Bernabé Rodríguez Presa, de León, 21 años; Ángel Santamaría Legaria, de Moreda (Araba / Álava), 35 años; Antonio Valdivielso Secada, Valienzo (Cantabria), 25 años.
Quienes puedan tener información relativa a estas personas, conozcan localizaciones de fosas o enterramientos o deseen compartir su testimonio, pueden ponerse en contacto con el Instituto Navarro de la Memoria a través del correo inm@navarra.es.