Un actor del Método no solo actúa, sino que también se convierte en su personaje, modificando sus rutinas, gestos e incluso atributos físicos para coincidir con el rol.
En Hollywood , esta forma de trabajo se convirtió en un sello de autenticidad y sus resultados han sido diversos. Si bien significó premios Oscar y reconocimiento eterno para algunos, otros enfrentaron consecuencias físicas y emocionales que superaron lo que podía justificar un rol.
Estos son once historias muestran el lado más intenso —y a veces perturbador— del compromiso con la actuación.
1 - Robert De Niro para Raging Bull (Toro Salvaje)
Para dar vida al boxeador Jake LaMotta , De Niro entrenó durante meses con el propio ex campeón en un ring real, hasta que pudo moverse como un profesional