Con un falso discurso de libertad y/o empoderamiento, mujeres jóvenes y generalmente de bajos recursos son engañadas con la esperanza de tener ‘mucha plata fácil y rápido’ a través de las plataformas virtuales. Comienzan pidiéndoles fotos donde no son reconocibles y la exposición es mínima (imágenes de pies, por ejemplo), pero luego las endeudan en dólares si no cumplen con ciertas exigencias y terminan ‘trabajando’ entre 12 y 15 horas diarias, mientras personas de todas partes del mundo pagan para verlas sufrir todo tipo de vejámenes en vivo. Por primera vez, una sentencia responsabilizó a plataformas digitales por trata de personas con fines de explotación sexual que marca un precedente, al darle una pena de 25 años para los implicados.

El avance de la tecnología y de las monedas

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