No hay paz en Ucrania ni la habrá a corto plazo. No, mientras Rusia no la quiera de verdad. Y no es el caso. El presidente ruso, Vladímir Putin, no ha alcanzado los objetivos que se propuso al iniciar la guerra en marzo del 2022 y mientras crea que los puede conseguir no va a parar. Lo que sí parece haber logrado, por el momento, es convencer a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de su buena fe. Lo que dice tanto de su astucia como de la candidez de su interlocutor. Su plan es abortar el intento de EE.UU. de poner fin a los combates achacando toda la responsabilidad a la presunta intransigencia de Ucrania y Europa, y lograr que Washington se desentienda definitivamente del asunto, cortando la ayuda militar a Kyiv, levantando las sanciones a Rusia y restableciendo las relaciones bilat
El póker del mentiroso

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