En1968 presencié por primera vez una sesión de la Cámara de Diputados. Debate sobre la invasión soviética a Checoeslovaquia. El discurso de Rodolfo José Cárdenas, una obra maestra de cultura, valores democráticos, buen humor y buen decir. A los dieciocho recién cumplidos estaba muy emocionado, soñaba con que ese hemiciclo llegara a ser algún día mi lugar de trabajo como representante de los larenses. Y así fue.

La vida me ha regalado pequeñas emociones que son muy grandes para mí. Hay las personales que son las más grandes: matrimonio, graduación en el Aula Magna o antes, el nacimiento de mis tres hijos. Pero hablo aquí de otras emociones, más pequeñas agrandadas por mi vocación y mi formación personal.

La invasión soviética a Checoeslovaquia sacudió nuestras conciencias juveniles. La pr

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