Cuando los vapeadores se popularizaron a mediados de la década de 2010, los diminutos cartuchos prometían mucho. Se presentaban como una alternativa más saludable a los cigarrillos y una forma de dejar de fumar .

Ahora, los investigadores están comprendiendo los peligros de los propios vapeadores. En un estudio del mes pasado, por ejemplo, un equipo de científicos analizó la niebla de los vapeadores más populares y encontró niveles tan altos de metales pesados que un investigador pensó que su dispositivo tenía una falla. Otros estudios sugieren que vapear puede afectar el corazón, los pulmones y el cerebro.

Los expertos expresaron su preocupación por la posible dificultad para estudiar el vapeo tras el cierre por parte de la administración Trump de una unidad centrada en el tabaquismo y

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