El fallecimiento de un joven de 34 años en Elche que padecía parálisis cerebral ha destapado un negocio clandestino dedicado a los cuidados de personas dependientes y con discapacidad intelectual. De ello se encargaba, presuntamente, un matrimonio de 58 y 48 años desde una vivienda alquilada y que se encontraba en condiciones de absoluta insalubridad: olor a excrementos y orina, basura, animales por las habitaciones y electrodomésticos y alimentos en mal estado.

El centro carecía de licencia y de ninguna medida sociosanitaria y, según indican desde la Policía Local de Elche, esta actividad ilegal podría llevar en marcha desde 2016, con el paso por distintos domicilios hasta que en la actualidad se llevaba a cabo de manera clandestina en esta vivienda alquilada cuyo dueño desconocía la uti

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