El hallazgo de restos óseos en una casa de Villa Urquiza permitió identificar a Diego Fernández, desaparecido en 1984. Sin embargo, el crimen ya no puede ser juzgado por la Justicia.
En mayo de este año, un grupo de obreros encontró restos óseos en una fosa improvisada en un terreno de Villa Urquiza, lindero a la vivienda donde residió Gustavo Cerati. Junto a ellos había pertenencias personales que llamaron la atención de un sobrino de Diego Fernández, quien alertó a la familia.
Tras un análisis de ADN, se confirmó que se trataba de Diego, el joven de 16 años desaparecido el 26 de julio de 1984. Durante más de cuatro décadas, la causa estuvo archivada bajo la carátula de “fuga voluntaria”.
Los peritos de la Policía de la Ciudad recogieron 151 fragmentos óseos , mientras que el Equipo