Las prendas se encogen por cómo están hechas sus fibras y por la forma en que el tejido responde al agua, el calor y la agitación del lavado. En fibras vegetales como algodón y lino , la estructura natural es irregular y arrugada . Durante la fabricación, esas fibras se estiran y alinean ; además, se forman enlaces de hidrógeno entre cadenas de celulosa que dan cohesión al hilo. Cuando la prenda entra en contacto con agua y movimiento, esa “memoria” de la fibra tiende a relajarse y a volver a un estado más corto y arrugado: la tela se contrae .
En el lavado, el aumento de energía por la temperatura hace que las fibras vibren más y se alteren los enlaces de hidrógeno que las mantenían estables. La celulosa es hidrófila (atrae el agua), por lo que las moléculas de agua