Miles de cordobeses transitan a diario la avenida de Circunvalación para llegar a sus trabajos, escuelas y otras responsabilidades. En ese ir y venir, es imposible no reparar en los murales que acompañan a varios de los puentes que atraviesan los carriles. Figuras, abstracciones y colores que rompen con la monotonía del cemento, captando la atención de conductores y peatones.
Detrás de esas obras se encuentran los muralistas Ariel Ocampo y Jael Airasca , quienes junto a un pequeño equipo de colaboradores vienen transformando espacios grises en escenarios vibrantes. Entre los más reconocidos está Ritmo Florido , en el Puente Piamonte, pero la lista es cada vez más extensa: Calipso en el Puente Bazan, Minerva en Alto Alegre y, más recientemente, Pequeño Gran Colibrillo en el Puente