Hace apenas 48 horas, la Cámara de Diputados aprobó con media sanción el proyecto del mendocino Julio Cobos que propuso dejar atrás el huso horario que Argentina adoptó hace ya algunos años y volver al que corresponde según el planisferio y la longitud geográfica en la que se ubica buena parte del territorio de la Argentina continental.

De aprobarse, el resultado sería retrasar en sesenta minutos la hora oficial del país. Eso, claro, abrió un complejo debate sobre las consecuencias. Es que el cambio implicaría diferencias en la sincronización de la luz solar con las actividades productivas y educativas. Esto, entre otras cosas, podría redundar, o no (hay posturas encontradas), en un posible ahorro de energía eléctrica. Y seguro aportaría beneficios a la salud pública y a la seguridad.

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