El primer encuentro
Conozco a Khristian Briones hace un tiempo, pero recién hace unos días tuvimos la oportunidad de compartir más de cerca. Nos sentamos a comer, y ahí, en esa mesa, desplegó su historia sin adornos, sin titubeos .
Me habló de su niñez en Santiago: su padre ausente, la madre obligada a trabajar lejos, su infancia con su hermano menor buscando comida, robando espejos de micros por 3 lucas, sobreviviendo como podían bajo el cuidado de un abuelo y situaciones dramáticas con alcohol y violencia entre sus familiares. A los catorce ya estaba consumiendo pasta base. Más de una decena de veces pasó por el SENAME, que en vez de salvarlo se convirtió en su universidad del destino que le deparaba la vida.
A los dieciocho años entró preso. Y ahí comenzó un calvario: puñaladas,