¡Bang, bang, bang! Los disparos de la carabina retumban en toda la casa. A sus 94 años, Niki de Saint Phalle sigue haciendo ruido con su técnica de los cuadros tiroteados: bolsas de pintura con forma humana que, al recibir el impacto, forman manchas y figuras de colores. Dos asistentes la sujetan, eso sí, para que el retroceso del arma no la tire al suelo. La chica que de joven posó como modelo para Vogue, Life o Harpers’s Bazaar, la mujer que sobrevivió a la violación de su padre, la activista que huyó de la caza de brujas de McCarthy, la esquizofrénica a la que el arte salvó mucho más que los electroshocks, la pareja del escultor cinético Jean Tinguely, la amiga de Sartre y Beauvoir... ha vuelto a vivir en Francia, tras su etapa en California, y recibe a este diario en su casa de las

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