“Encontré a mi papá tirado en el piso, el cuchillo estaba en la cama, ahí cogí el cuchillo y le empecé a pegar más puñaladas… No sentía que el cuchillo entrara, como el roce, no sentía nada”, señala la confesión que hizo el adolescente que mató a su papá, un mayor del Ejército, y a su propia hermana, una niña de apenas 7 años de edad. En los dos asesinatos fueron casi 200 puñaladas.
SEMANA conoció el expediente completo de este parricidio. La cronología del crimen quedó en la declaración que rindió el adolescente mientras realizaban los exámenes psicológicos previos a su judicialización. El menor aseguró que se cansó de los regaños de su papá, por eso lo mató.
“Cuando bajaba iba pensando en apuñalarlo, en ese momento pensé en el cuchillo. Estaba estresado en cuanto al trato que nos tení