Justo dos meses después de visitar el Kafe Antzokia, Alejo Stivel volvió a Bilbao , en el marco de Aste Nagusia , para tocar rock and roll. Esta vez no fue en la plaza del pueblo, como en los tiempos en los que, escuálido y melenudo, se agitaba desde el micrófono de Tequila, sino en la Pérgola de Doña Casilda . Historia viva del rock en castellano, el argentino, de 66 años y ya calvo, atesora un legado al alcance de pocos. En buena forma y centrado en éxitos de su exgrupo como Me vuelvo loco , Necesito un trago o Salta!!! , convirtió el bolo en un fiestón para veteranos en una sesión de rock clásico con nota de matrícula de honor .

Alejo forma parte de la educación musical –y sentimental– de todo aficionado veterano al rock que se precie. Con él al micrófono y Ariel Rot a

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