El pasado miércoles se escribió en Avellaneda una de las páginas más tristes de los últimos tiempos en el fútbol del continente. El partido entre Independiente y Universidad de Chile debió cancelarse por lamentables incidentes ocasionados por ambas parcialidades que protagonizaron trifulcas verdaderamente graves en las tribunas atentando contra el espectáculo deportivo.

En ese sentido, tanto la CONMEBOL como la Justicia nacional han prometido tomar medidas para que la barbarie no quede impune y los responsables paguen las consecuencias. Mientras todavía el ente madre de la competición define si el Rojo va a quedar al margen del certamen o no, las autoridades locales decidieron clausurar de manera general el estadio Libertadores de América Ricardo Bochini hasta nuevo aviso. El resulta

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