JAN YUNIS, Franja de Gaza (AP) — Palestinos refugiados en tiendas de campaña o que buscaban la escasa ayuda alimentaria disponible en la Franja se encontraban entre los al menos 33 fallecidos por ataques y disparos israelíes el sábado en Gaza, según hospitales locales, mientras el mundo enfrentaba un anuncio excepcional sobre la hambruna en la ciudad más grande del sitiado enclave.

El ministro de Defensa de Israel advirtió que la Ciudad de Gaza podría ser destruida en una nueva operación militar que podría comenzar en cuestión de días, aun cuando la hambruna se extiende en el enclave.

Los grupos de ayuda han advertido durante mucho tiempo que la guerra, provocada por el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, y las restricciones israelíes a la entrada de alimentos y suministros médicos al territorio están causando hambre entre los civiles.

Israel calificó como una mentira la declaración de hambruna y su ejército sigue adelante con los preparativos para tomar la Ciudad de Gaza. Los esfuerzos para lograr un alto el fuego están en suspenso mientras los mediadores esperan los próximos pasos de Israel.

Los ataques israelíes causaron al menos 17 muertes en el sur de la Franja, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según los registros de la morgue y funcionarios del hospital Nasser. Las autoridades sanitarias señalaron que los ataques iban dirigidos a tiendas que albergaban a desplazados en Jan Yunis.

“Awad, ¿por qué me dejaste?”, preguntó un niño pequeño al cuerpo envuelto en plástico de su hermano.

Una familiar afligida, Hekmat Foujo, pidió un alto el fuego.

“Queremos descansar”, manifestó Foujo, luchando por contener las lágrimas. “Tengan de piedad de nosotros”.

En el norte de Gaza, disparos israelíes provocaron la muerte de al menos cinco personas que buscaban ayuda el sábado, cerca del cruce fronterizo de Zikim, por donde los convoyes de Naciones Unidas y otras agencias entran al enclave, dijeron a la AP funcionarios de salud del hospital de campaña Sheikh Radwan.

El Sindicato de Periodistas Palestinos dijo que el camarógrafo Khaled al-Madhoun fue asesinado mientras cubría sucesos en el cruce de Zikim, y afirmó que fue atacado por tropas israelíes. La televisión local Palestine TV confirmó su muerte.

Once personas perdieron la vida en otros ataques en Gaza el sábado, según hospitales y la Media Luna Roja Palestina.

El ejército israelí dijo que no estaba al tanto de un ataque en Jan Yunis en esa ubicación y que ya investigaba los otros incidentes.

Periodistas de la AP han visto caos en las carreteras de acceso a los centros de reparto, y casi a diario se ha informado que tropas israelíes disparan a quienes buscan ayuda. El ejército sostiene que solo realiza disparos de advertencia si la gente se acerca a sus efectivos o representan una amenaza para ellos.

Mohamed Saada estaba entre los miles de personas que buscaban comida en el área de Zikim, y fue uno de los muchos que se fueron con las manos vacías. Mencionó el “gran número de personas”, los disparos y “camiones atropellando a la gente”.

Algunos llevaban sacos de alimentos como lentejas y harina. Otros llevaban a los heridos, incluso en un palé de madera. Navegaban por charcos fétidos y los escombros de la guerra mientras las temperaturas superaban los 33 grados Celsius (92 grados Fahrenheit).

En el reporte de hambruna del viernes, difundido por la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria, o CIF, se indica que casi medio millón de personas, aproximadamente una cuarta parte de la población de Gaza, enfrentan un hambre catastrófica.

La inusual declaración se produjo después de que Israel impusiera un bloqueo de dos meses y medio a Gaza a principios de este año, para facilitar después el acceso a través de un nuevo distribuidor privado de la ayuda, respaldado por Estados Unidos, conocido como Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés).

En respuesta a la indignación mundial por las imágenes de niños desnutridos, en las últimas semanas Israel ha permitido lanzamientos aéreos y la entrada de más suministros por tierra, pero la ONU y otras agencias de ayuda dicen que los alimentos que llegan a Gaza siguen sin ser suficientes.

La oficina de Netanyahu afirma que ha permitido la entrada de suficiente ayuda durante la guerra, al tiempo que acusa a Hamás de matar de hambre a los rehenes que mantiene.

Con tropas terrestres ya desplegadas en las afueras de la Ciudad de Gaza, la operación a gran escala podría comenzar en cuestión de días en un área con cientos de miles de civiles. Según Israel, la Ciudad de Gaza sigue siendo un bastión de Hamás, con una vasta red de túneles.

El grupo de ayuda Médicos Sin Fronteras, o MSF, dijo que en sus clínicas alrededor de la ciudad se ha producido un incremento en el número de pacientes mientras la gente huye. Caroline Willemen, coordinadora de proyectos de MSF, señaló un marcado aumento en los ataques aéreos desde principios de agosto.

“Aquellos que no se han desplazado se preguntan qué deberían hacer”, dijo a la AP. “La gente quiere quedarse, han sido desplazados sin cesar antes, pero también saben que en algún momento será muy peligroso quedarse”.

Muchos israelíes temen que el asalto a la Ciudad de Gaza pueda condenar a los aproximadamente 20 rehenes que han sobrevivido al cautiverio desde 2023. Se cree que otros 30 están muertos. Cientos de miles de israelíes protestaron hace una semana por un acuerdo para poner fin a los combates y traer a todos a casa.

“Cualquiera que realmente quiera traer a los rehenes a casa no lanza una invasión terrestre de Gaza”, dijo Yotam Cohen, hermano del rehén Nimrod Cohen, antes de una manifestación semanal en Tel Aviv.

Netanyahu dijo el jueves que había ordenado a los funcionarios que iniciaran negociaciones inmediatas para liberar a los rehenes y terminar la guerra según los términos de Israel. No se sabe si Tel Aviv volverá a las conversaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar después de que Hamás dijera a principios de semana que aceptó una nueva propuesta de los mediadores árabes.

Hamás dijo que liberará a los rehenes a cambio del final de la guerra, pero rechaza el desarme sin la creación de un Estado palestino.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró frustrado con la postura de Hamás y sugirió que el grupo estaba menos interesado en hacer acuerdos para liberar a los rehenes con tan pocos de ellos que aún siguen vivos.

“En realidad, creo que (los rehenes están) más seguros de muchas maneras si entras y realmente entras rápido y lo haces”, dijo Trump a reporteros el viernes.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo que al menos 62.622 palestinos han muerto en la guerra, incluidos los desaparecidos cuya muerte ha sido confirmada por un comité judicial especial del organismo.

El número de muertes relacionadas con la desnutrición aumentó en ocho hasta alcanzar 281, dijo el ministerio.

Un pequeño grupo de israelíes protestó contra el ministro de seguridad nacional de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, mientras caminaba hacia una sinagoga en Kfar Malal, en el norte de Tel Aviv. En los videos, el ministro aparece discutiendo con los manifestantes.

“No lo queremos en nuestro pueblo. Nuestro mensaje es traer de vuelta a los rehenes”, dijo a la AP uno de los manifestantes, Boaz Levinstein.

Ben-Gvir es un socio clave en la coalición política de Netanyahu y un firme opositor a llegar a un acuerdo con Hamás, que, para las familias de los rehenes, es la única forma de asegurar la liberación de sus seres queridos.

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Magdy informó desde El Cairo. Las periodistas de The Associated Press Sam Mednick en Jerusalén y Michelle Price en Washington contribuyeron a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.