
Las genealogías reales están llenas de vínculos que sorprenden incluso a quienes las estudian. Entre matrimonios estratégicos, alianzas políticas y herencias dinásticas, la historia ha tejido conexiones tan improbables como llamativas . Hay casos en los que un monarca actual puede rastrear su ascendencia hasta figuras recordadas por su violencia extrema , lo que plantea un contraste evidente con la imagen que proyecta hoy la institución que representan.
Esa herencia, que se transmite a través de siglos de documentos, matrimonios y títulos, no se elige, pero se convierte en un dato que acompaña al personaje público. Uno de los ejemplos más comentado en los últimos años se encuentra en la línea de sangre del actual rey Carlos III, que lleva directamente hasta Vlad III de Valaquia , más conocido por su apodo y por las leyendas que nacieron de sus métodos brutales.
La línea de sangre que une a Carlos III con Vlad Tepes se remonta a dieciséis generaciones atrás
Vlad Tepes nació en 1431 en Transilvania y perteneció a la Casa de Drăculești, una rama de la dinastía valaca que se había vinculado a la Orden del Dragón. Este título, reservado a la nobleza militar, se concedía a quienes se comprometían a defender la cristiandad frente al Imperio Otomano.
Gobernó Valaquia en varios periodos durante el siglo XV y es recordado por aplicar castigos extremos contra sus enemigos , en especial el empalamiento , una práctica que se convirtió en parte inseparable de su leyenda. Según cronistas de la época, tras una batalla en 1462 ordenó la ejecución de miles de prisioneros de esa forma, dejando un paisaje macabro para intimidar a las tropas que avanzaban contra él.
La relación con Carlos III se establece a través de la reina María de Teck , esposa del rey Jorge V y abuela de la reina Isabel II. María descendía de la nobleza europea vinculada a la familia de Vlad Tepes, lo que convierte al actual monarca británico en descendiente directo con dieciséis generaciones de por medio . Esta conexión genealógica fue confirmada en 1998 , cuando Carlos visitó Transilvania y conoció de primera mano la documentación que lo relacionaba con el gobernante valaco .
Carlos III ha forjado una relación duradera con Transilvania desde su primera visita oficial
Esa primera visita marcó el inicio de una relación especial con la región. El monarca adquirió propiedades históricas , como una casa del siglo XVIII en el pueblo de Viscri, y ha impulsado proyectos de restauración y conservación del patrimonio local. También ha apoyado iniciativas agrícolas y medioambientales, lo que ha fortalecido su vínculo con la zona que gobernó su ancestro. En 2017, el alcalde de Alba Iulia le ofreció el título honorífico de Príncipe de Transilvania , en reconocimiento a su implicación en causas locales.
La figura de Vlad Tepes no solo quedó en los registros históricos. Su fama como líder implacable sirvió de inspiración para el conde Drácula de la novela publicada por Bram Stoker en 1897. Aunque la obra transformó al personaje en un vampiro de ficción, los rasgos de crueldad y el escenario transilvano procedían de relatos reales sobre el vaivoda valaco. De esta manera, la genealogía de Carlos III conecta con una figura que pertenece tanto a la historia como al imaginario popular.
Más allá de las leyendas y de las adaptaciones literarias, la relación entre un monarca contemporáneo y un gobernante del siglo XV ilustra cómo los árboles genealógicos cruzan épocas y contextos muy distintos .