En el centro poblado de Shirani, en Pichanaqui, dos niños con uniformes escolares fueron vistos cuando se disponían a cruzar el río Perené a bordo de un huaro, tras regresar de sus clases en el Puerto Yurinaki. Lo que para muchos sería un simple retorno a casa, para ellos se convierte en una rutina marcada por el riesgo y la precariedad de un medio de transporte sin condiciones de seguridad.

El huaro, un sistema de movilidad por cable utilizado en zonas rurales para atravesar ríos y quebradas donde no existen puentes, evidenciaba deficiencias alarmantes: inestabilidad, fallas en el mecanismo y ausencia de mantenimiento. En esta ocasión, la niña tuvo que subirse a la parte superior de la plataforma para impulsar el cruce con un pedaleo improvisado, mientras su compañero permanecía sobre la

See Full Page