Cientos de soldados de la Guardia Nacional vestidos con uniforme militar y botas de combate se mezclaron con turistas, posaron para hacerse selfies y se deleitaron con helados de los camiones de comida el jueves a lo largo del National Mall de Washington, una de las zonas más seguras de la capital de Estados Unidos.

En ocasiones, algún lugareño enfadado les profería insultos, pero los soldados se limitaban a encogerse de hombros y continuar con lo que parecía ser una misión poco exigente.

En el exterior del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, cinco miembros de la Guardia Nacional de Virginia Occidental se encontraban en la esquina de una calle alejada de los focos de delincuencia de la ciudad.

"Es aburrido. No estamos haciendo gran cosa", dijo el sargento Fox, que no qui

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