Desde hacer transferencias bancarias hasta pedir comida, casi todas nuestras actividades cotidianas pasan por aplicaciones o plataformas en línea. Con solo unos toques en el teléfono, almacenamos información personal, financiera y laboral en la nube. Este nivel de comodidad, sin embargo, exige una gran responsabilidad: proteger nuestra identidad digital. Una contraseña débil o mal gestionada puede ser todo lo que necesita un hacker para tomar control de tu vida financiera.

Hoy en día, los ataques cibernéticos no son escenarios de películas, sino amenazas reales y cada vez más frecuentes. Los hackers ya no necesitan ser expertos encerrados en sótanos: existen redes organizadas que operan con softwares avanzados, capaces de acceder a miles de cuentas en minutos. Su objetivo puede s

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