Se frisan dos meses desde que Anna Wintour tambaleó los cimientos de la moda anunciando la cesión de su sillón de editora jefa de la edición estadounidense de Vogue. Un puesto que estará bajo su supervisión al mantenerse como directora global de contenidos de la editorial Condé Nast, controlando los contenidos de publicaciones internacionales como Vanity Fair, GQ, AD, Condé Nast Traveler, Glamour, Tatler, Allure o Teen Vogue.
«Cuando me convertí en editora de Vogue —en 1988—, estaba ansiosa por demostrar a todos los que pudieran escucharme que había una forma nueva y emocionante de imaginar una revista de moda americana», rememoró Wintour al anunciar a su equipo una nueva etapa para la publicación. Un periodo en el que el sillón de la mujer que inspiró 'El diablo viste de Prada' tiene muc