Los semiconductores, núcleo de la revolución digital, son el foco de una feroz pugna geopolítica entre los colosos económicos.
Ahora, Pekín ha intensificado su estrategia para reducir su dependencia de la tecnología estadounidense , instando a sus empresas a evitar los procesadores H20 de Nvidia, especialmente en proyectos gubernamentales o relacionados con la seguridad nacional.
Esta directriz, aunque no equivale a un veto total, plantea un reto significativo para Nvidia y Advanced Micro Devices (AMD), que recientemente obtuvieron el permiso de Washington para retomar las ventas de chips de IA de gama baja en China, bajo condiciones que han desatado controversias.
El trasfondo de esta maniobra es complejo.
La Administración Trump, en un giro inesperado, levantó una restricción pre