De repente, el Gigante de Arroyito se transforma en cine. El clásico deja de ser una aburrida remake del cero a cero, tan repetida en la cartelera rosarina, y sobre la pantalla verde aparece un héroe. Protagonista de su propia serie, Angel Di María escribe con su pie izquierdo otro capítulo de “Romper la pared”. Y la pelota viaja empujada por toda su historia en Rosario Central. La calle Pedriel, las inferiores en Granadero Baigorria, el debut ante Independiente hace dos décadas en Avellaneda, una larga pausa en la élite del fútbol mundial y el regreso a esta misma casa que hoy lo abraza.

Entonces el gol, ese grito que anudó en la garganta desde que puso un pie en Europa, es una síntesis de lo que vino a buscar. El reencuentro con los suyos a orillas de Paraná. “La vida me llevó a much

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