El primer capítulo de Los Supersónicos se emitió en 1962, dos años después del estreno de Los Picapiedra. Ambas series animadas abordaban distintos períodos, no obstante compartían una preocupación: la familia y su relación con lo que la rodeaba.

Para estas ficciones televisivas, la pareja y sus hijos estaban tanto en la prehistoria como en un futuro lejano. Lo demás cambiaba —la casa, los autos, los electrodomésticos—, pero los vínculos familiares quedaban fijados, como en una antigua fotografía. Esta y otras ideas aparecen en las páginas de La reinvención del amor, de Joaquín Linne.

“Más que un reemplazo definitivo de la pareja estable, lo que vemos es una transformación. Hoy muchas personas valoran la autonomía y la capacidad de elegir con mayor flexibilidad, sin quedar atrapadas en f

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