Esta semana que pasó, en la presentación del inescapable libro Borges enamorado (Galerna, 2025), su autor, Patricio Zunini , dijo en un momento que El Aleph era uno de los cuentos más eróticos de Borges (no solo una historia de amor sino un cuento erótico) y que el “decúbito dorsal” (insistió Zunini) invitaba a Borges a leer las cartas eróticas de Beatriz Viterbo a su primo acostado, en la oscuridad de ese sótano que también hubiera podido ser un ataúd. Vio en el aleph la letra de Beatriz y le hizo temblar, las cartas obscenas le hicieron temblar.

Y ahora no puedo dejar de leer El Aleph en esa clave. Y encuentro frases que antes significaban algo y ahora algo nuevo. Y solo puedo pensar que la justificación de la existencia del Aleph para el Borges del cuento es la inmensid

See Full Page