María Negroni escribe y hace tiempo que enseña a escribir, pero antes enseña a leer y a distinguir lecturas que ofrecen mucho más que una historia o una anécdota: lo que enseña María es a buscar un lenguaje, una forma de contar, una singularidad allí donde, asegura, no existe una página en blanco porque “todo ya ha sido escrito”.
María volvió recientemente a la Argentina luego de una residencia de un año en Berlín, estancia que le fue otorgada por el DAAD (iniciales de Servicio Alemán de Intercambio Académico, en alemán), el programa de artistas considerado como uno de los más prestigiosos del mundo. Su obra, que fue reconocida con premios y distinciones como la beca Guggenheim y el Konex de Platino, es vasta, variada y cada vez más destacada por la crítica y también por lectores sen