Los colibríes, esas pequeñas aves capaces de volar hacia adelante, atrás e incluso mantenerse suspendidas en el aire, son mucho más que un espectáculo de la naturaleza: representan un elemento esencial para la polinización de flores y plantas en los ecosistemas de América.

Colombia, considerada el país con mayor diversidad de colibríes en el mundo, alberga más de 150 especies registradas, lo que la convierte en un territorio privilegiado para su observación. Estos pájaros no solo destacan por sus brillantes colores y su velocidad de aleteo que puede superar las 70 veces por segundo, sino también por su rol ecológico, ya que ayudan a mantener la salud de los bosques y páramos andinos.

Entre sus curiosidades, los colibríes poseen un metabolismo acelerado que los obliga a alimentarse consta

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