Castilla y León cuenta con pueblos curiosos y también que dan miedo. Y algunos utilizan viejas prácticas del pasado como atractivo turístico. Este es el caso de una pequeña localidad segoviana de nombre Sebúlcor, donde se cuenta que en siglo pasado los hechiceros de esta pequeña localidad cobraron un gran protagonismo al preparar brebajes y pócimas para curar a todo aquel que se aquejase de algún mal.

Y es que los "brujos" segovianos conocían al dedillo cada planta que crecía por la zona y dónde podían encontrarla para preparar sus "soluciones espirituales". Y una tradición de los curanderos que ha llegado hasta nuestros días y que no se quiere perder, ya que algunos de sus vecinos continúan lanzando conjuros, circunstancia que aprovechan como recurso turístico.

Al llegar a la localidad

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