Itziar Miranda lo hace bien como presentadora, pero el concurso La pirámide es un absoluto horror. Tras el (cantado) fracaso de Jeopardy en TVE (ya fue un fiasco décadas antes en Antena 3), en la tele pública han optado no ya por tropezar con la misma piedra sino algo peor, estamparse contra el muro de hormigón de adaptar otro programa viejuno y aburrido de la tele yanki sin aportar nada nuevo que lo haga digerible en 2025. Al contrario, La pirámide es un concurso tontorrón, lento, repetitivo, aburrido y muy, muy arcaico donde todos los elementos de los que se compone ya los hemos visto demasiadas veces en demasiados programas desde hace demasiado. La pirámide del plató, donde esperan los aspirantes durante semanas para salir a jugar, no es otra cosa que el panel de VIP Noch

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