Nadie está invitado y This is not an iceberg coinciden en la doble negación y en un mismo artista: Andrés Sobrino. Los títulos de las muestras que están abajo y arriba, respectivamente, de la galería Towpyha, refuerzan una modalidad que advierto en Sobrino como marca de estilo: la negatividad creativa. Para explicarme: no es sólo por el uso de partículas negativas que la indican en los nombres, aunque en ellas está cifrado el juego con el lenguaje, con los sentidos diferidos. Además, de esa alusión tan pregnante a la obra de René Magritte, el artista se interesa en una larga tradición que el pintor surrealista belga llamó “la traición de las imágenes”. De esta manera, Sobrino retoma Ceci n’est pas une pipe, el texto que desafiaba la relación con la pipa pintada en el cuadro, al tiempo que

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