Pongámonos en una situación crítica. El paciente recibe un diagnóstico difícil de asimilar. Se enfrenta a un tumor en el corazón y surgen mil dudas. La primera: "¿Podrán operarme?" La cirugía cardíaca , asociada durante décadas a grandes incisiones en el tórax y largas recuperaciones, parece un horizonte ineludible. Sin embargo, la innovación tecnológica empieza a cambiar esta ecuación.

En el 75% de los casos, los tumores cardíacos son benignos. Pero su sola presencia genera alarma y miedo. La pregunta que se abre es clara: ¿Puede extraerse un tumor en el corazón sin necesidad de abrir el pecho?

Una vía menos invasiva

La respuesta la ofrece la cardiología intervencionista , un área que crece gracias a nuevos dispositivos diseñados para reducir la agresión al paciente. El Co

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