Estos días estamos viendo incendios en diferentes lugares de España que arrasan con todo a su paso. Desastres ecológicos, económicos, sociales y ambientales. Todos ellos en el mundo rural, donde los bosques y montes arden a una velocidad endiablada.
Hace unos días comentaba a través de este medio la necesidad de invertir en las zonas rurales. Hablaba de la importancia de las comunicaciones y del mantenimiento de los caminos. Un mantenimiento necesario, y diría que vital, también en los montes y los bosques. Espacios que compartimos todos los seres vivos, no sólo los humanos, que cada año atraen a más visitantes, y que en otras comunidades están quedando reducidos a cenizas.
En Aragón tenemos algunos ejemplos no tan lejanos de incendios voraces, todavía hoy convivimos con sus consecuencia