El Real Zaragoza llamó a Gabi la pasada temporada para cumplir una misión y el entrenador la cumplió. Llevó al equipo hasta la permanencia en tres meses frenéticos, muy duros y de una altísima complejidad. El riesgo de descenso a Primera RFEF fue elevado. El buen hacer del técnico madrileño lo evitó entendiendo perfectamente qué tenía delante y cómo afrontarlo. En aquellos días, Gabi tuvo que adaptarse a lo que se encontró: una plantilla hecha para otro entrenador y según unos criterios muy diferentes a los suyos.

Todo ha cambiado este verano. Como dicta la lógica más elemental, la SAD está construyendo el equipo a imagen y semejanza de Gabi, que pretende un Zaragoza hecho desde atrás hacia delante, con la solidez defensiva como precepto de obligado cumplimiento y base del resto de

See Full Page