Eric Lamy , maestro chocolatero y propietario de una reconocida fábrica artesanal en Brive, Francia, jamás imaginó que su primera cosecha de avellanas terminaría en manos de una banda criminal. En pleno mes de agosto, cuando los frutos comenzaban a caer, su plantación fue arrasada en una sola noche: más de 650 árboles de la variedad Tonda quedaron completamente vacíos.
El golpe fue quirúrgico. Los ladrones no solo se llevaron entre 150 y 200 kilos de avellanas , sino que lo hicieron con una precisión que dejó a Lamy perplejo. “Nos lo han quitado todo”, declaró, aún incrédulo ante la escena de ramas rotas y árboles pelados. La organización del robo sugiere un conocimiento técnico de la recolección y del terreno, lo que descarta cualquier improvisación.
La limpieza con la que ejecutar