La gran victoria educativa del Perú esconde una peligrosa paradoja: hemos llenado las aulas, pero no hemos asegurado el aprendizaje. Aunque la matrícula en primaria y secundaria se ha vuelto casi universal en las últimas tres décadas, las evaluaciones revelan una crisis persistente. El problema no es el analfabetismo clásico. La Encuesta de Habilidades de Adultos (PIAAC) de la OECD de 2018 demostró que la mayoría de peruanos puede decodificar palabras y entender oraciones simples. El mal es más sutil y dañino: el analfabetismo funcional.
Según este estudio, más del 60% de los adultos en el país se encuentra en el nivel más bajo de lectura, lo que les impide comprender textos complejos o ejecutar tareas que requieran varios pasos. Esta brecha entre la escolaridad y la competencia real impo