El fervor sanmiguelino se manifestó ayer en las calles del Centro con una peregrinación que trajo consigo el alma devota de Maxcanú.

Más de 200 maxcanuenses, ataviados en su mayoría con trajes típicos, llenaron de color y fe el trayecto entre la iglesia de Monjas y la Santa Iglesia Catedral.

El evento, celebrado en el marco del Jubileo de la Esperanza, formó parte también de las festividades en honor a San Miguel Arcángel, patrono de Maxcanú.

Ni el intenso calor vespertino logró disminuir el entusiasmo de los peregrinos, quienes caminaron con orgullo y devoción portando estandartes de raso y terciopelo bordados con hilos dorados, además de pabellones en colores patrios. Detrás de ellos avanzaba la venerada imagen de San Miguel Arcángel, faro y símbolo de fe para los asistentes.

La pere

See Full Page