La familia de Keith Lambert, como muchos en Chicago, se enfrenta a olas de calor que superan los 32 grados Celsius. Lambert destaca la conexión entre el bienestar económico y la capacidad de buscar refugio en lugares frescos.
“Se trata simplemente de minimizar la exposición”, dijo Lambert a AP. “Se trata de hacer todo lo posible por gestionar los puntos de contacto de enfriamiento”.
Las evidencias demuestran que el calor extremo afecta desproporcionadamente a personas de color y residentes de bajos ingresos, reflejando una disparidad socioeconómica en las mortalidades relacionadas con el calor.
Raíces de la desigualdad
Defensores de la justicia ambiental vinculan las altas tasas de mortalidad por el calor a décadas de políticas discriminatorias, como la segregación residencial. Alicia