Ochenta y un años tiene el hombre que se acerca a la cabina a saludar. “Venimos a ver a los Pumas de chiquitos, alguna vez se nos tenía que dar”, dice. La anécdota sirve para ilustrar la relevancia del triunfo ante los All Blacks, el primero en la historia en la Argentina.

El festejo descontrolado de los jugadores en el medio de la cancha se conjuga con el canto de la gente en que colmó Vélez para realzar el valor de esta conquista: el presente del equipo, la comunión con el público que los adoptó y el legado de generaciones que pusieron su ladrillo para que la selección argentina se erija entre las potencias.

El triunfo por 29-23 ante Nueva Zelanda les permite a los Pumas tomarse revancha de la derrota de siete días atrás en Córdoba y lo pone en carrera en el Rugby

See Full Page