En medio del monte quemado en Ourense, emerge un pequeño pueblo: Roblido . Su historia, probablemente, será recordada en la zona mucho tiempo. El pasado 15 de agosto, en plena oleada de incendios en la región gallega, el fuego les rodeó. Pese al peligro, los vecinos decidieron quedarse y juntos consiguieron frenar las llamas a tan solo unos metros de sus casas .
"El pueblo se puso a desbrozar un perímetro de seguridad 50 metros alrededor para poder contener un poco las llamas en suelo bajo. Y hasta aquí llegó, las casas están al límite. Hubo momentos de tensión y apuros, pero se pudo contener", relata a TVE Makrina Gil, una de las vecinas del pueblo, señalando el rastro de ceniza aún hoy visible alrededor de sus hogares.
“ El pueblo se puso a desbrozar un perímetro de seguridad “