En los hogares es habitual que las cáscaras de patata terminen en la basura después de preparar la comida. Sin embargo, lo que muchos consideran un simple desecho puede convertirse en un recurso valioso para el jardín o las plantas de interior. Ingeniosas técnicas de aprovechamiento están demostrando que este residuo culinario puede transformarse en un fertilizante eficaz y, al mismo tiempo, en un discreto aliado contra plagas comunes .

Las cáscaras de patata concentran altos niveles de potasio, un mineral que resulta fundamental para la etapa de floración y para fortalecer los tallos . Al devolver este nutriente a la tierra, las plantas desarrollan una mayor resistencia a enfermedades y muestran un crecimiento más equilibrado.

El proceso para preparar este abono casero es simple

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