Joaquín, vecino del sector, relató a AIRE que al observar la situación decidió colocar ramas en la calle para advertir a los vehículos que circulaban a alta velocidad y evitar un mayor socavamiento. “Tratamos de contener el daño”, explicó.

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El problema no es aislado: los vecinos señalaron que en los últimos meses se realizaron múltiples reparaciones en la zona sin considerar las características arenosas del terreno. Esto provoca que las calles se hundan rápidamente, se generen baches y se rompan nuevamente los caños.

Además, la fuga actual afecta la presión del agua potable en la zona y representa un riesgo para la infraestructura, incluyendo la vereda de la comisaría y viviendas cercan

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