Durante los años 90, Bill Gates ostentó el título de hombre más rico del mundo y protagonizó una singular historia: mantener durante trece años un Porsche 959 retenido en la aduana de Seattle. Este costoso capricho derivó en un cambio legislativo, según contó Auto Week hace unos años, al punto que transformó el acceso de autos exóticos a Estados Unidos.

A finales de los 80, el Porsche 959 era uno de los vehículos más célebres y codiciados del mundo. Solo se produjeron 337 unidades, lo que lo convirtió en un objeto de deseo para coleccionistas y apasionados de la ingeniería automotriz. El cofundador de Microsoft decidió sumarse a esa exclusiva lista y pagó cifras adicionales durante más de una década para asegurarse ese modelo.

Por qué el Porsche de Bill Gates estaba en la aduana

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