Una guacamaya escarlata que ya no recuerda cómo volar largas distancias, un búho ocelado que perdió la habilidad de cazar y dos pequeños titíes grises que crecieron entre rejas son parte de las historias de los 22 animales silvestres trasladados por Cornare y la Fuerza Aeroespacial Colombiana hasta el Parque de Conservación Piscilago, en Cundinamarca.

La operación incluyó siete tortugas charapa de puntos amarillos, una tortuga caja, una tortuga matamata, un cernícalo común, una tucaneta esmeralda, varias loras de distintas especies y la emblemática guacamaya escarlata. Todos estos ejemplares habían llegado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Cornare tras entregas voluntarias o decomisos en operativos de control.

Pese a los esfuerzos de rehabilitación, muchos de ellos

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