Este domingo dejó en evidencia las fragilidades de algunos gigantes y el renacer de otros que buscan dejar atrás años de irregularidades.
El Manchester United volvió a tropezar. Después de un inicio de temporada que prometía más de lo que ha entregado, los Diablos Rojos cayeron en otro resultado decepcionante: un empate 1-1 contra el Fulham en Craven Cottage. Lo que duele más es cómo sucedió. Bruno Fernandes, capitán y referente, falló un penal clave en la primera mitad tras tropezar… con el árbitro. Un error que resume la mala racha del equipo.
El gol de la ventaja llegó por pura casualidad: un autogol de Rodrigo Muniz tras un cabezazo desviado de Leny Yoro. Pero el United, que invirtió más de 200 millones de libras en refuerzos ofensivos como Bryan Mbeumo y Matheus Cunha, no p